CIE
Necesitan los profesionales que se dedican a curar saber por dónde están de ahí las clasificaciones que se van renovando, oportunamente, según van obteniendo remedios para paliarlas al encontrar remedios con qué paliarlas.
Las que me cuestan entender son las que hacen mención a las enfermedades mentales, tratan de condesar en un pequeña tabla o tablas el nombre de una dolencia psíquica que puede derivar en un física y viceversa. En mi modesta opinión deberían ser más concretos y no vendría mal una reunión interdisciplinar para unificar criterios a la hora de clasificar.
Lleva coste humano y material, si, pero redundaría en mayor agilidad a la hora de curar, paliar, tratar y mandar para casa, si es oportuno. Con el criterio del profesional que se dedique a eso, pero en equipo junto con el que tiene que hacer el transporte por decir algo, o regula el aire acondicionado de la planta dónde ejerce su labor, como médico, enfermeras, camillero, o personal de limpieza de zonas comunes.
Al perder la perspectiva de quién es el enfermo, se pierde toda individualidad, todo el respeto a la persona, toda posibilidad de ser tratado adecuadamente, independientemente de su mal; y se puede llegar a tal grado de confusión de qué se pierda el respeto debido a quién te apoya, trata y vela por tu bienestar.
Me dedico a escribir, y desde el teclado lo veo fácil de ejecutar. Oportunamente, no me corresponde tal cometido y yo sólo describo, opino y doy mi parecer sobre salud, mental, o no.
He llegado a sentir en la nuca, la presión del familiar que no quiere ver a su pariente en esas condiciones, pero es lo que había y hay. Mejorar siempre se puede, pero recursos humanos sobran lo que se carece es de los materiales. Esos algunos ya estaban, otros tendremos que buscarlos o dejar parte del camino hecho.
El reloj de la vida, va a seguir más que le pese a algunos, quién se atreva a darle cuerda que levante la mano o de un paso al frente.
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