Aprendiz de todo maestro de nada

 Era mi forma de trabajar en la Fundación Intras durante el tiempo que "quisieron contar con mis servicios, ejerciendo como cuidador en la medida de mis conocimiento y tratando de colaborar con el resto de profesionales que conformaban un equipo heterogéneo pero dividida en cuanto intereses, preferencias y objetivos importantes 

    Recuerdo cómo comencé a tener contacto con la fundación de aquellos tiempos. Pasaba por una de mis crisis, desde psiquiatría de Zamora se me ofreció dar clases de informática a una grupo de personas ingresadas sin posibilidades de poder salir a la calle en la. mayoría de los casos durante una temporada para después, o fue al revés, hace tanto tiempo que no lo recuerdo, hacerlo en uno de los recursos que aquella fundación tenía en Coreses.

Montamos una red con varios ordenadores en ambos lugares y comenzamos a intentar impartir, yo como profesor con mis escasos conocimientos pero con muchas ganas de compartir mis conocimientos por mi trabajo en un estudio de arquitectura; y hubo abandonos, pero siempre sentí, una curiosidad por parte de aquellos antiguos alumnos por saber que podían aprender.

    En Zamora empezaba a llegar la crisis de la construcción de finales de 2007 o 2009 que fue apareciendo en España en zonas más desarrolladas y dónde se había apostado por una política urbanística indiscriminada y sin una regulación para cuando llegaran las "vacas flacas "

    Esta experiencia además de posteriormente facilitarme ser un profesional en dicha fundación después de pasar un proceso selectivo a través de un curso de especialización para trabajar con personas con enfermedad mental grave y prolongada que duró más de medio año, me reportó en la crisis por la que pasaba en aquella época, satisfacción y medirme a mi mismo para saber que existían personas a las que con mis conocimientos y colaboración y entre todos,  mejorar la situación, es decir la mía y la suya o viceversa, no me interesa el orden.

Yo era un aprendiz y así me sentía al intentar transmitir mis conocimientos de forma voluntaria; es verdad que estaba de baja en mi trabajo como delineante, pero fue como digo una experiencia positiva para ver, con supervisión de los profesionales de psiquiatría hasta dónde se podía llegar con un profesor enfermo y unos alumnos con parecidas condiciones psíquicas pero que necesitaban diferentes apoyos, como digo, incluido el profesor que tuve la suerte de hacer ese papel en aquella ocasión.

    Después de estas dos experiencias, cada uno tomamos diferentes rumbos, unos se quedaron otro pasaron a otros recursos y alguno está muerto, por circunstancias que no vienen al caso.

    Para mi la oportunidad que me dieron desde psiquiatría de Zamora fue un antes y un después en vida. Comprendí que podía hacer otras cosas que podían reportar beneficios para mí y para los demás sin necesidad de haber una remuneración por medio. Fue y es, una oportunidad para salir de la enfermedad. Cada uno la aprovecha como puede y quiere. Sus capacidad,  enfermedad y circunstancias mandan. 






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