De picoletas, maderos y pitufos
Fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado siguen estando al servicio de los ciudadanos más que algunos les pese. Anónimo
Su labor por lo que voy viendo es controlar el tráfico de todo tipo dentro y fuera de España y aunque a algunos nos cueste cumplir la norma y tengamos que pagar los excesos de velocidad o la multas de aparcamiento a plazos, un año he estado pagando las últimas el trato qué me han dado es exquisito incluso en los calabozos de la Policía Nacional, que también he dormido allí.
En los del Juzgados no se andan con tanta amabilidad y lo bueno es que la estancia suele ser breve, por lo menos en mi caso. Si incluso esa noche me dieron de comer garbanzos de Fuentesaúco acompañado de una buena ensalada y para teminar me llevaron al Hospital a tomar mi medicación para dormir.
Eso sí, en el asiento de atrás y esposado por delante en el coche para tales usos y, qué nervios pasó la Dra., se le olvidó darme la mitad de la medicación pero el clonazepán no faltó. El colchón de la celda algo duro, pero cómo estaban pendientes, me ofrecieron una manta. Ah, la cámara en la celda tampoco falta por si se te ocurre golpearte la cabeza, o te resbalas y te partes un brazo.
Hoy en día pensar que el "enemigo es tonto" es saber con quien y para qué te la estas jugando, allá cada uno, despistes los tiene cualquiera pero cuando hablamos de personas protegiendo personas la cosa cambia, ahí es posible que haya daños colaterales que nadie quiere o puede asumir. Para eso el Tercer Poder de esta Democracia, con sus articulado variable y que si o si al final se cumple o por lo menos así lo creo.
FFyCC de S. están para hacer su trabajo a pesar de las trabas y que la vean venir, asumen su rol como la médica tenía que haberme dado "la ivadrina" que se le olvidó esa noche, era hora punta en urgencias y encima le traían un posible condenado por haber sido denunciado ...., eso es lo menos importante.
Lo importante es que aún esposado, por delante, insisto, me sentí protegido y eso que no conseguí soltarme las esposas por mucha fuerza que hice durante el trayecto al hospital para tomar la medicación de antes de dormir.
Lo hice como un lirón hasta el punto que me tuvieron que despertar por la mañana porque tenía que acudir ante S. Sª, el Juez o la Jueza y el fiscal, que no recuerdo ya esa parte muy bien. Doy las gracias desde aquí al abogado de oficio que me asignaron por renunciar a casi todo.
Ah eso sí los cordones, mi cartera y demás cosas que me retiraron, me los devolvieron antes de acudir al Palacio de Justicia.
Buenos días, y hasta la próxima, que espero sea más tarde que pronto.
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