Viviendo más allá de la etiqueta
Confiar en los especialistas es clave para manejar una crisis, pero comprender lo vivido y no permitir que el diagnóstico defina quién eres es fundamental para avanzar. Cada crisis requiere un enfoque único y humano, porque el bienestar psíquico es posible más allá de la etiqueta.
Confiar en los especialistas no fue fácil al principio. Para mí, acudir a consulta lo sentía más como una obligación que como una oportunidad. Hablar de lo que pasaba por mi cabeza, abrirme y exponer mis emociones, era como "desnudar el alma" ante alguien que no conocía. En los peores momentos, lo único que quería era que el dolor parara, que el torbellino dentro de mí se calmara. Y, sí, los especialistas saben cómo hacerlo. Pero ahí no termina todo.
El verdadero desafío vino después: entender lo que había pasado y aprender a seguir adelante con mi vida.
Fue entonces cuando me di cuenta de algo importante. Aceptar que tengo una enfermedad crónica no significa resignarme ni renunciar a quién soy.
Sí, llevo esta etiqueta conmigo, pero no puede ni debe definir mi historia. Soy más que un diagnóstico, más que mis crisis, y no pienso dejar que eso decida cuáles son mis sueños o cómo quiero vivir.
Hablar en consulta sigue siendo difícil a veces.
Hay momentos en los que siento que lo que digo no tendrá impacto, o que solo resultará en más medicación o, peor aún, en un ingreso hospitalario.
Esa sensación de vulnerabilidad mezclada con miedo no es fácil de manejar.
Además, hay ocasiones en las que parece que solo ven mi expediente, como si la solución ya estuviera escrita antes de que yo llegue.
Pero lo que siento hoy no es lo mismo que sentí la última vez, y mi situación merece algo más que un protocolo estándar.
Con el tiempo, entendí que detener una crisis es solo el primer paso. Lo que viene después es igual de importante: encontrar herramientas para vivir con la enfermedad sin sentirme atrapado por ella.
Aprendí a aceptar mis crisis como parte de mi historia, pero me niego a que sean toda mi historia.
Esta postura me dio algo valioso: la libertad de reconocerme como una persona completa, con metas, sueños y el derecho a sentirme parte de esta sociedad.
Hoy sigo creyendo que los especialistas pueden ayudarnos más si adoptan un enfoque más humano, más sensible.
Necesitamos sentirnos escuchados y comprendidos, no solo tratados como un diagnóstico en un expediente.
El bienestar psíquico es posible, incluso en la cronicidad, pero requiere apoyo, herramientas adecuadas y la firme convicción de que somos mucho más que nuestras etiquetas.
Estoy en ese camino, aprendiendo cada día a construir una vida que, aunque no sea perfecta, es auténtica y llena de posibilidades.
Comentarios